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Recección de Pterigión
Un riesgo ocular para personas con diabetes
La recección de pterigión tiene como objetivo eliminar el crecimiento anormal
y mejorar los síntomas asociados, como enrojecimiento ocular, sensación de cuerpo extraño y visión borrosa.
La recección de pterigión, también conocida como recesión de pterigión, es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar el pterigión, que es una afección ocular común. El pterigión es un crecimiento anormal de tejido en la conjuntiva, la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo (esclerótica) y la parte interna de los párpados.
Tratamientos disponibles
Durante la recección de pterigión, el cirujano oftalmólogo realiza una incisión en la conjuntiva sobre el pterigión y extirpa cuidadosamente el crecimiento anormal. Luego, se realiza una técnica llamada injerto de tejido conjuntival, en la cual se coloca un trozo de tejido sano sobre el área donde se encontraba el pterigión, para ayudar a prevenir su reaparición.
Este procedimiento se realiza bajo anestesia local y generalmente se lleva a cabo en un entorno quirúrgico ambulatorio. Después de la cirugía, se pueden recetar medicamentos y se proporcionan instrucciones para el cuidado adecuado del ojo durante el proceso de recuperación.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cirugía puede tener riesgos y complicaciones potenciales, como infección, sangrado, cicatrización excesiva o recurrencia del pterigión. Es fundamental discutir con un profesional médico los beneficios y riesgos específicos antes de someterse a cualquier procedimiento quirúrgico.
Principales factores de riesgo
Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo no garantizan que una persona desarrollará pterigión, pero pueden aumentar las probabilidades.
El pterigión puede afectar a personas de todas las edades y géneros, aunque suele ser más común en adultos que en niños. Algunos factores de riesgo asociados con el desarrollo de pterigión incluyen:
Exposición crónica a la radiación ultravioleta: La exposición prolongada a la radiación ultravioleta del sol es considerada uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de pterigión.
Exposición a condiciones ambientales adversas: Vivir en áreas con altos niveles de polvo, viento o sequedad ambiental también puede aumentar el riesgo de pterigión.
Ocupaciones al aire libre: Personas que trabajan al aire libre, como agricultores, pescadores, trabajadores de la construcción y jardineros, tienen un mayor riesgo de desarrollar pterigión debido a la exposición continua a los factores ambientales mencionados anteriormente.
Genética: Si hay antecedentes familiares de pterigión, se puede tener un mayor riesgo de desarrollar la afección.
Sexo masculino: Los estudios han demostrado que los hombres tienen una mayor prevalencia de pterigión en comparación con las mujeres.
Si se presentan síntomas como enrojecimiento ocular persistente, sensación de cuerpo extraño o cambios en la visión, se recomienda consultar a un oftalmólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
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